"DUDAS..." autora: Geles Calderón

“DUDAS…”

Ella desliza el lápiz por la espiral de su blog, aplazando lo inevitable:
desahogarse en letras que describan lo que el dolor le dictaba.



Duda de si quiere hacerlo.
Duda si conseguirá acabarlo sin romper los folios ante la impotencia de lo inútil de haberlo comenzado.
Duda del sentir de las emociones que, en nombre del amor, le habían expresado.
Duda de cada ‘te quiero’, de cada ‘para siempre’ que le fue entregado.
Duda de que todo lo compartido fuera, a lo que entregó, igualado.
Duda de lo que las palabras le cuentan, e incluso duda de lo que le han ocultado.

Por fin, escribe:

“Qué poco creíble es el verbo de quien se define guerrero, si éste abandona la batalla que por su, supuesto, más alto ideal estaba librando.
Qué dolor producen las agujas de la indiferencia del que dice amar, ante el dolor de su ser amado.

Y si en sus manos está el poder de paliar o resolver... ¡qué miserable es mirar hacia otro lado!

Interrogantes contenidas.
Ansiedades ahogadas.

Desconfianzas calladas.

Imposibles llegadas sin idas…

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Boca amordazada de quien se sabe que su partida no será sufrida ni en falta echada, porque en corto plazo… habrá sido olvidada”.

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Cierra su blog. Ni puede ni quiere continuar escribiendo.

Advirtiendo su estado ruinoso, y en su querencia de desterrar el caos y confusión, decide lanzarse a batallar sin protección, sólo con su férrea voluntad y su noble corazón, con el fin de hallar respuestas, de querer reconocer el significado original, y no lo que su mente interpretó y transmitió.
Se propondrá sustituir sombras por claridad. Lagunas por fundamentos. Certezas por lo que imaginó. Y así, poder escribir en su blog palabras que nunca escribió.
Harta, en los últimos tiempos, de observar como cada vez que rompía el retrovisor de su historia, éste se volvía a recomponer, orientándose siempre hacia la misma dirección. ¿O no…?
Quizás había otra opción, pues debido al cansancio, miedo y anhelo que le provocaba la ausente proximidad de su amado, sólo la quedaban fuerzas para esperar y dejar transcurrir el tiempo.
De esta forma se le desvelaría de forma natural lo que el futuro le tenía reservado.

Sobre sus rejas se alza un arco de piedra con su nombre tallado, nombre con letras que se cuentan… ¡con los dedos de una mano!


Geles Calderón
 (06-12-10)

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