Ya no importan las pieles que un día enhebraron abrazos de deseo, ni el mundo aparte que bordaron nuestros sueños que ambos construimos, ni la despeinada virginidad que hubo en nuestros abrazos, ni la sangre de lo depositado, ni las consecuencias de lo no hecho.
No importan los resúmenes apresurados, ni la condena reiterada, ni lo que, siendo lo último, abrochamos lo primero, ni los brazos que me añoraron, ni el lejano intento, ni si es cierta la mañana que día a día te trae a mi corazón de latir incierto.
Ya no importan los imprescindibles, ni el impúdico ardor, ni las promesas, ni el antiguo fervor, ni el último suspiro prohibido, ni la avidez del deseo, ni el reciente olvido, ni lo que cerrando los ojos imaginamos cierto.
Ya no importa si habito el cielo o si el infierno es mi morada, ni el retumbar de mis pasos perdidos, ni si latió al revés la sangre de mis cauces cuando en lo apretado de lo intenso lo que, siendo lo último, abrochamos lo primero.
Ya no importan las consecuencias de navegar hacia atrás cuando debió ser hacia dentro, ni lo que cerrado los ojos imaginamos cierto, ni lo que siendo extraordinario transformamos en cotidiano, ni si tu gaviota anida en mi esquina o en el medio de mi centro.
Ya no importa el agua inútil de regar sobre mojado, ni si desayuno a medianoche o nazco donde he desembocado, ni si busco las respuestas en las preguntas aún por responder, ni si confundo mis mañanas con los sueños de mi ayer.
Ya no importa el alma despeinada cuando el viento sopla en dirección contraria, ni lo que siendo sustantivos convertimos en verbos de forma natural, ni si aún estando ancadenada aún migro a mi reciente pasado con mi cara apenada.
No importa si ando clausurando sentimientos que desparejados caminan perdidos, ni si mi laberinto de renglones andan de inventario. ¡Qué importa la letra que me paró, cuando poseo el abecedario... para seguir escribiendo el resto de todos mis versos a diario!
Ilusa mujer que soñó con una segunda oportunidad para nacer -
Autodidacta que utiliza la escritura y la pintura para completarse -
Defensora de causas perdidas (entre otros 'defectos') -
Fiel al corazón e infiel a la razón, que cambió el orden de los sustantivos en alguna equivocada ocasión -
Llena de nada de aquellos "todos", donde hubo muchos "cuándos" sin importar "dónde"...
- Muy agradecida a todos los que, al visitarme, me dediquen un instante de sus valiosas vidas para leerme y dejarme su impresión por escrito -