"¿QUÉ TIENE LA NIÑA?" ¿Qué tiene la niña que el rubor sonroja cuando en un punto fija su ausente mirada? ¿Qué siente cuando se estremece al oír pronunciar ese nombre..., el que siempre al oírlo la mece? Y en las noche de luna clara, ¿por qué corre entre las sombras esquivando las miradas? ¿A dónde va la niña con su blusa nueva, faldón de domingo y descalza? La niña desconfía, míra a un lado y otro..., se detiene, duda..., pero sigilosa reanuda su andar alegre y confiada.
¿Por qué corre la niña camino de la era en la madrugada? Son sus pasos silenciosos, esquivos, armoniosos y a veces sinuosos como queriendo ocultar una evidencia que delate que está enamorada.
Pasan las horas, no vuelve, la niña tarda... Ya despereza la luz del alba y la niña no regresa de la vereda por la que hace unas horas caminaba. Acaso..., ¡silencio!, escuchad..., ¿no oís? Alguien a lo lejos llora, ¿qué pasa?, ¿qué es lo que oigo? Ya la veo, es ella, pero... regresa con su blusa desgarrada, sucio y roto el faldón y si cabe... ¡aún más descalza!, su cabello enmarañado y su rostro... ¡Dios mío! ¿Qué le han hecho a la niña, que su llanto es de barro y sangre que conmueve y a la vez espanta?
Se tambalea, caminar no puede, han roto su armonía y destrozado el alma cuando gritó. ¡No!, ante la agresión y la amenaza. No quiere que la toquen, ni que la miren ni digan nada. Con las energías gastadas, alcanza a llegar a su puerta. Ya no grita, ya no llora ni habla. Casi no respira quien ayer ¡cantaba!
Entra en su casa, se despoja, con asco y arcadas, de su blusa desgarrada, y de un tirón se desprende del faldón que apenas la cubría lo que ayer bien tapaba. Cierra los ojos que la arden por las lágrimas derramadas, para no verse desnuda con las señales y residuos de su desgracia. La niña se mete en la tina, y con agua fría y cepillo de esparto, frota su piel maltrecha con rabia, dolor y constancia. Ya se enciende el sol, pero con él... a la niña se le apagó la sonrisa y la mirada. Ya nadie llama "Niña" a la que aquella madrugada hicieron mujer a la fuerza sin atender a un ¡no! que ella, una y otra, ¡gritara!
cuando
sobra el aliento que
de unos labios escapa, cuando
nos rodea el límite, y
la indiferencia y el silencio es
todo lo que te acompaña.
Cómo
duelen las ruinas del
lento desplome del
cielo de los sueños, donde
las lunas rotas de
lo edificado, sin piedad, en
nuestro sentir se incrustaron.
Cómo
amenaza vivir… cuando
el deseo es pintar arco iris con
colores inventados, brincar
de nube en nube, o
abrazarnos, cuando lo deseamos, con
nuestros antepasados.
Como
lobos entre las carnes... duelen
los alientos que
inspiran los pulmones que
albergan un pecho, cuando
lo que desea es... liberarles
del esfuerzo.
Coraje,
cordura y constancia, ¿de
qué sirvió tanta entrega, si
ahora aún andas cosiendo las
costuras abiertas en
un corazón roto de lunas y
sangrante de olvido?
"ESPALDA CONTRA ESPALDA" (Breve relato de una mujer atrapada en un ciclo del que debiera escapar)
A ella le había invadido la desgana. La monotonía y rutina del
día a día.
Siempre lo mismo, nada cambia: madrugar, prisas, coche,
trabajo…, coche, casa, tareas, cena, cama, soledad…, y vuelta a empezar.
Era un ciclo en el que se sentía atrapada, una espiral de
vértigo donde lo temporal se convirtió en asiduo, y donde lo ajeno en personal. Sentía rechazo por la vulgaridad en que se había convertido su existencia, pero rendida se dejaba llevar.
Espalda contra espalda en el lecho conyugal, mientras, insomne,
se mordía los labios que últimamente nadie le mordió.
Se dio a sí misma las buenas noches… ¡y el abrazo que nadie le
dio!
Quiero ser inicio de tu memoria para poder arrancar con mis manos esos recuerdos crueles ya lejanos que empañaron el cristal de tu historia. Quiero ser parte de tu nueva gloria y compartir, cogidos de las manos, atardeceres nuevos y lozanos tras el gozo, la pasión y la euforia. Déjame ser la tierra prometida plena de ilusión y libre de llanto con mi mano hacia ti siempre tendida. Amistad y amor bajo mismo manto te ofrezco como dote en esta vida, ¡tómame las manos como adelanto!
“LADRÓN
SIN HURTO” Robas la memoria de todos mis recuerdos que no me lleven a tí. Le quitas argumento a las lógicas que siempre defendí. Silencio para llamarme, para escucharme, para encontrarme, para sentir que me perdiste y te perdí. Tú: resumen de lo eterno, que ni va ni deja venir. Estrella sin fuga, orilla de mi riesgo, presagio de mi fín. Abierta tengo la duda de si tus sueños, aún los míos velan; de si la brisa que te despeina es la misma que cada noche por mi ventana se cuela; de si lo mismo que a tí te duele... no quieres que a mí me duela. No sé donde calzan tus pasos, ni el horizonte que te divisa en tu solitario tránsito. Ladrón y donante de mi más íntimo palpito: cambio mis acicates por tus lastres, mi resto por tus instantes. Ladrón, que sin hurtarme, me robaste, que sin dejarme, me abandonaste. Geles Calderón (12-06-12)
Ilusa mujer que soñó con una segunda oportunidad para nacer -
Autodidacta que utiliza la escritura y la pintura para completarse -
Defensora de causas perdidas (entre otros 'defectos') -
Fiel al corazón e infiel a la razón, que cambió el orden de los sustantivos en alguna equivocada ocasión -
Llena de nada de aquellos "todos", donde hubo muchos "cuándos" sin importar "dónde"...
- Muy agradecida a todos los que, al visitarme, me dediquen un instante de sus valiosas vidas para leerme y dejarme su impresión por escrito -