"YO PARA TÍ, PARA MÍ TÚ" - (Voz y letra de Geles Calderón)

"¡QUÉ IMPORTA!" - (Voz y letra de Geles Calderón)

"SONETO DEL AÑIL RECUERDO" - (Letra de Geles Calderón - Voz de Miki)

"NO ME IMPORTAS" - (Letra de Geles Calderón - Voz de Miki)

"¡QUIÉN SABE!" - Poema de Geles Calderón - voz: Bea Salas

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21 de marzo de 2011

"EL INVIDENTE" (sueño que tuve) autora: Geles Calderón



“EL INVIDENTE…”
(sueño que tuve)

Yo iba caminando por una calle muy concurrida. Toda la gente caminaba con prisa.

Un hombre de mediana edad pedía ayuda para cruzar al otro lado, estaba en la acera de la derecha. Este hombre era ciego y yo sabía o intuía que toda la gente que por allí pasaba le conocía, pero nadie se detenía, incluso yo pasé de largo sin detenerme, pero cuando me alejaba de él unos metros, reaccioné y me detuve para comprobar si aún seguía allí pidiendo ayuda. Efectivamente, allí estaba, sonriente, esperando el brazo de alguien que, a cruzar, le ayudara. Entonces retrocedí y con urgencia corrí hacia él, deseando con todas mis fuerzas que no se me adelantara nadie, pues quería ser yo quien le ayudase.
Cuando llegué a él, le ofrecí mi brazo, él lo tomó y comenzamos a cruzar.

Después de llegar la otro lado no me pareció prudente dejarle por allí sólo en medio de todo aquel barullo de gente, y le acompañé un poco más. Él me sonreía y pude darme cuenta de que era atractivo.

Ocurría algo extraño: a medida de que avanzaba junto a él, en nuestro camino se interponían más y más obstáculos, como sillas, tablas, cartones, cajas de madera, mesas, etc., y yo no veía el momento de dejarle caminar sólo.

Al fin llegamos frente a las puertas de un bar, el cual había que atravesar para salir por otra puerta del fondo de ese local, que daba a la Plaza Mayor, destino del invidente. Pero este establecimiento también estaba muy complicado de transitar, y fue entonces cuando me di cuenta de que a ese hombre solo le había servido de compañía, en realidad él fue quien me había llevado hasta allí.
En cierto modo me sentí decepcionada cuando comprobé que no había sido todo lo útil o necesaria que yo quería.

Entramos en aquel bar lleno de gente y taburetes, mesas por el medio, mucho desorden, etc., no sé qué me pasaba, pero me desagradaba mucho aquel lugar. De pronto me vi sentada en una de aquellas sillas, frente a una mesa y con él enfrente charlando amigablemente, pero… había una tercera persona con nosotros en aquel momento, no sé quien era, pero tampoco importaba demasiado.

Estábamos tomando algo y apoyada con los codos sobre la mesa, escuchaba con mucha atención lo que el ciego me contaba, entonces me di cuenta de algo que me sorprendió muchísimo, y era que cuando me hablaba… me miraba fijamente a los ojos, y esto me alegró, entristeció y sorprendió, todo al mismo tiempo.

¿Era invidente, o no? ¿Le había ayudado o me había utilizado?
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Me angustié....

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(desperté)

.Geles Calderón(Nº 535) (31-05-1984)
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©Todos los Derechos Reservados_ Obra Protegida
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15 de marzo de 2011

“OJOS DE NIÑA, CORAZÓN DE MUJER” autora: Geles Calderón



“OJOS DE NIÑA, CORAZÓN DE MUJER”
- Cuando coincidió el verbo con el hecho -
(I)
Con la esperanza goteando y sucia de olvido, camina sin horizonte, cargando con su mochila de sueños y folios en mano ocupados de nada, donde debió haber: versos desatados reclamando el acierto que el error le dio el ser, escritos en su virgen papel. Pero donde el verbo no camina, las cadenas aprietan asfixiando el tejido herido del tiempo que no termina:

Alas de lo probable,
para un cielo suspendido.

Camino sin estreno,
por el que fue sin haber ido.

Poemas de silencio,
que mueren sin haber nacido.

Miradas que se hablaron,
sin haberse comprendido.


Siesta sin tarde,
sonrisas en espera,
fe sin altar,
rueda de asfalto indiferente,
baile sin son que bailar,
esperanza sin presente,
verbo sin voz,
voz sin vez.
Ojos de Niña…
¡corazón de mujer!


(II)
Ya no espera que vengan por ella.
Ya ahogó el mar que antes la hundía.
Ya dijo ¡basta! al dolor de la espina.
Decidió no volver a llamar
donde ya nunca la llamarían.
Alejó las sombras de lo que oscurecía
el cielo de su lecho, la luz de su día.
Le arrebató las llaves al miedo carcelero
que maltrataba su cálido corazón
golpeándolo con un alma de hielo.

-Todo es nada donde la palabra no coincidió con el hecho, se decía.
Hoy se sacó esa tierna pero dolorosa espina, y reafirmó su cariño a quién ella se debe, porque donde cometió un error… el amor que recibe todo lo cura y convierte en leve.

Abandonó la idea de abandonarse, abrió las velas de la naves de su regreso, y para que la rutina no mate, a quién la merece le entregó de su vida… ¡el resto!

¡Qué vacío queda el rezo del verbo sin hecho!


Geles Calderón
(Nº 642) (13-03-11)

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©Todos los Derechos Reservados_ Obra Protegida

2 de marzo de 2011

"CARTA A UNA POETISA" (dedicado a Geles Calderón)


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"CARTA A UNA POETISA"
(dedicado a Geles Calderón)

25 de Febrero, mis dedos torpemente se deslizan por el teclado buscando la palabra exacta, la frase que defina a la persona a la que va dedicada esta pequeña carta. Una mujer en plena madurez que conserva intactos todos y cada uno de los momentos por ella vividos, todas las situaciones por las que ha pasado, una mujer a la que la vida la ha marcado a sangre y fuego, que la ha maltratado hasta la extenuación y que sin embargo conserva intacta la enorme humanidad con que fue dotada al nacer. Una persona cargada de valores difícilmente repetibles, una pluma de oro capaz de deslizarse por el folio en blanco como suave ola que muere en la orilla de la playa; doctorada en el complicado arte de vivir, su escuela es la vida, su universidad la calle, su lucha conseguir un mundo más igualitario y para ello no escatima esfuerzos. Amiga de sus amigos, en sus versos, sus rimas, sus poemas dia a dia nos va dejando retazos de piel que ella amorosamente arranca de su corazón en una entrega total y desinteresada; poemas que hablan de amor, de sueños, de injusticias, de desengaños y traiciones, pero todos ellos teñidos con el tinte de la ternura y el cariño hacia los demás.
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"No todos saben de tus caminos, ni conocen tus veredas, pero el que camina contigo sí sabe de la belleza"
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En su navegar diario por los mares de las letras, va dejando una estela de composiciones a cuál más bella. Poetísa de vanguardia que con sus poemas crea corrientes de versos libristas, aunque muchas de las veces se apegue a la esclava métrica sin que por ello sus trabajos tengan menos profundidad. Con ella el lenguaje, que siendo parte consustancial de la poesía, se intensifica y alcanza cotas de enormes calidades.
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Como aquel campanario de la iglesia
que cada mañana tañe sus campanas,
como aquella fuente rumorosa
que vierte mil suspiros en la noche,
así es su alma a un poema encadenada.
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Y así, a su manera, dibuja estrellas en el cielo y en la tierra planta semillas que de nuevo florecerán en primavera.
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José R. Muñoz
(25 de Febrero del 2011)


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