VIDEO con MI VOZ:
“DOS INSOLENTES…”
Aunque no somos cuentas,
nos sumamos.
Aunque no nos nombremos,
nos pronunciamos.
Aunque no sabes cuánto,
soy lo mucho.
Aunque ya no me hables,
yo te escucho.
Nada fue tanto en su brevedad...
¡ni tan poco cuando fue tanto!
Aunque tu pecho me huya,
el mío es tuyo.
Aunque no te señale,
yo te intuyo.
Aunque no me navegues,
soy tu río.
Aunque en tu pecho lata,
tu corazón es mío.
Dos insolentes enamorados...
¡aunque ninguno lo reconozcamos!
Aunque de mi no te fíes,
soy la más fiable.
Aunque no eres de fiar,
fuiste lo irreemplazable.
Aunque me apriete tu sombra,
silenciaré mi dolor.
Aunque creí en nuestra suma…
¡tú me sacaste del error!
Dos clavos, a golpes…
¡en el mismo árbol clavados!
Geles Calderón
(28-06-11)
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Fidelidad a toda prueba.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando mandaba el corazón... y la razón sesteaba.
EliminarOtro abrazo para tí, Alfred. Gracias por tu visita.
Un poema de amor...lo lei esta mañana al salir del trabajo,despues estuve muy cansado y dormí hasta tarde...me pregunto que se siente cuando alguien es más que uno mismo,cuando intentas sumar y te salen dos en vez de uno,cuando te tiendes en la cama y miras el techo y ves que que hay más de un clavo golpeando...en vez de una pared blanca y anodina ...algunos estamos condenados a ser uno y nada más, pero es bonito soñar que alguna vez pueda un corazon distinto latir en ti,o que alguien navegue por tu vida...hoy no ha sido un dia cualquiera...hoy he leido un bonito poema de amor¡¡¡
ResponderEliminarCuando fue 'buen' amor, sumó. Cuando no lo fue, restó: clavo contra clavo en ajustado calado, chocan y se hacen daño.
Eliminar"Aunque creí en nuestra suma…
¡tú me sacaste del error!"
Gracias, una vez más por tu fidelidad.
Aunque no me navegues,
ResponderEliminarsoy tu río.
Aunque en tu pecho lata,
tu corazón es mío.
Y así de simple y acertadas suenan estas palabras con mucha intensidad.
Bello poema, un placer la lectura.
Saludos.
Gracias por tus amables palabras, amiga.
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