"YO PARA TÍ, PARA MÍ TÚ" - (Voz y letra de Geles Calderón)

"¡QUÉ IMPORTA!" - (Voz y letra de Geles Calderón)

"SONETO DEL AÑIL RECUERDO" - (Letra de Geles Calderón - Voz de Miki)

"NO ME IMPORTAS" - (Letra de Geles Calderón - Voz de Miki)

"¡QUIÉN SABE!" - Poema de Geles Calderón - voz: Bea Salas

.

.

9 de septiembre de 2011

"LO QUE DE MÍ SUSTRAJE..." autora Geles Calderón


“LO QUE DE MÍ SUSTRAJE…”
Tendida sobre sus pensamientos, la poetisa escribió: “Lo que de mí sustraje…”, pero la pluma se detuvo y el poema se negó.


Mientras entornaba sus ojos para ocultar lo que en su alma habitaba y cubierta de desgana cansada, redactó una carta de descargo destinada a quien un día la habitó… sin compromiso de echar anclaje.


A ti, que por otras sábanas andas, indolente de lo que atrás dejabas:

Después de que resucitaras mi piel como si hubiera muerto durante años volviendo a nacer contigo, o como si regresara de un obligado letargo; después de que reventáramos de quejidos las almohadas; de que ahogáramos de gozo los colchones; después de que saciáramos nuestra sed y hambruna de carne viva y piel tocada, amándonos vertiginosamente; después de que se nos fuera escurriendo el tiempo... Después de todo esto, aprendí que cuanto más fiel somos con nosotros mismos, más infiel puedes terminar siendo a los demás, y yo te era tan fiel, que en el momento que fui consciente de mi infidelidad a mí misma y del vacío que ello me causaba a medida que descubría la cara que me ocultabas, decidí probar a restaurarme lo que de mí sustraje, decidiendo dejar de vivir una vida sólo para quien comenzó a restarme sin reponer nada de lo que de mí se llevaba cuando, en nombre del amor que pronunciaba, debería sumarme. Y en esa alerta aprendí a ver en el viejo amarre de una desgastada barca, el dolor más profundo de sus nudos, porque en lo inerte, también la vida se halla aprisionada.

Así, desde mi efervescencia, sentí que necesitaba savia jugosa para reanudar mi crecimiento y tener una oportunidad de conquistar y mantener una justa medida de armonía interior. Un renacimiento que haría florecer los aprisionados ramajes que clamaban espacio desde el interior de mi apretado vacío, aunque ello significara tenerme que calentar sólo entre las llamas del desamor, restos de lo que tiempo antes nos había calado hasta los huesos a los dos.
Ante esto, se me confirmó la certeza de la perdida de mi anclaje terrenal si continuaba en el proyecto de dar aquel irreversible salto sin retorno que se me solicitaba. Pensaba que hasta las aves necesitaban descansar de sus vuelos suicidas, repostando aterrizadas en la tierra que generosa se presta a nuestros pies para ser caminada, soporte estable para nuestras terrenales batallas inacabadas.

Antes del último impulso para saltar junto a ti -un profesional del salto- a la otra orilla del acantilado, en un lento de repente, esta flor de vertiginosa ladera comprendió que debía abortar el salto y permanecer del lado donde estaban los que la dieron y dio vida, seres muy queridos que de ella dependían, con los que comparte memoria y con los que convivía en relativa armonía a pesar de las inclemencias de la vida.

Hoy tengo más paisaje, más puntos de referencia y horizonte para valorar. He madurado en mi autoestima. Ahora cualquier cosa que hago, por banal que sea, la disfruto el doble: la loca danza de las palmeras que se contorsionan doblándose por la cintura cuando el viento sopla; la maestría del vuelo de las gaviotas; el enardecido sonido del mar, el del fuego envejeciendo en mi chimenea; las gotas de lluvia que buscan mi cara y la bañan. Miro con más ternura a los ojos de los ancianos y ellos me corresponden con sonrisas y agradecidas palabras. Cada día, cuando me ducho, observo las filigranas que hace el agua antes de desaparecer bajo mis pies, e imagino que navego en ellas para después dejarlas escapar y tras su largo ciclo de depuración terminar, permitirla a mi sien de nuevo regresar.




Cierto es que ahora reina un definitivo silencio en el espacio que habita entre la que se fue por derecho, y el que se alejó enrabietado sin aceptar su parte de culpa al verse abandonado. Cansada de desayunar preguntas sin respuestas e indigesta de ellas, mi humeante taza de silencio, entre trago y trago, esperaba una llamada, una señal que desapuñalara lo que apuñalado estaba. Pero la nada más absoluta recibí como señal a lo que esperaba. Ni amistad tras el quebramiento de un proyecto en común; ni tu estima tras tu supuesto gran amor; ni el interés de si respira o no mi pulmón.
Pero del más desafinado silencio puede brotar la música más bella, por eso últimamente y mientras mantengo los pies en el suelo pero bañándome de vida, me siento más sabia en lo que escribo, más ancha en lo que perdono y más alerta con quién necesita de mi apoyo, porque la sensibilidad y autenticidad se multiplican cuando no te imponen día tras día maneras que repugnan.
Desde la distancia, y quizás por ello, has ayudado a simplificar más, si cabe, mi alma librándola de los nudos que la hiciste antes y durante la trágica no despedida de la que salí tan lesionada al solicitar el dialogo que de mala forma se me denegaba.

Hoy me congratulo, porque actué acertadamente cuando dije ¡basta! al prever a tiempo una no lejana fractura interior para quién arriesgaba todo por quien nada arriesgó, cuando éste de cualquier apego fácilmente se despojaba y en el fondo de la trastienda de su corazón, todo lo enterraba.
Hace tiempo que me desencarcelé de tu cuerpo, aunque de tu espíritu siga encarcelada, pues su óxido aún dificulta sentirme liberada, pero es comprensible, porque liberarse de lo intangible... se tarda.

Teniendo en cuenta que un día quise vestirme de nieve para congelar mi corazón, hoy me felicito por haber salido de aquella nebulosa turbación. Sin tú proponértelo, me hiciste revalorar y aceptar certeramente lo que ya tenía antes de tu llegada.

Un temor bien administrado siempre genera acciones acertadas. Ahora sé amasar ilusiones, despuntar alegrías, cincelar augurios y perfilar un futuro si soy yo quien lo concierto.


Ahora paseo sola cuando y por dónde quiero sin sospechas ni amenazas; abrazo a quien estimo; camino en paz con el alma lavada, el cuerpo florido de armonía y ganas, las mías, y no las prestadas.

Se despide de ti, ésta, la que de verdad te amó arriesgándolo todo… cuando tú no arriesgabas nada.

Geles Calderón


.



Todos los derechos resevados_Obra protegida_.

36 comentarios:

  1. Me ha gustado tu relato.
    La primera beneficiada has sido tú.
    Una catarsis perfecta.
    Una leccion y experiencia de vida para aprender otros.

    Genialllllllllllllllllll.

    Un beso.

    A. Sanz

    ResponderEliminar
  2. FELECIDADES GELES....

    Bernard

    ResponderEliminar
  3. Me uno a las palabras de tu anterior comentarista.

    ¡¡¡ENHORABUENA!!!

    jose.

    ResponderEliminar
  4. Si algo nos debieran enseñar desde pequeños en la escuela, es más sobre relaciones humanas, porque hasta ahora sigue sin haber nada. Respecto a ese transtorno mental tan agradable que llamamos "enamorarnos", lo malo es cuando cedemos nuestra propia personalidad, anulándola, ejerciendo una especie de "derecho de propiedad" uno sobre el otro, o bien sometiéndose a ello y dejando que se haga costumbre; porque el amor más duradero -en mi opinión- es aquel que se consigue desde la libertad y desde la apertura de relaciones de ambos miembros de la pareja a otros amigos y a otras manifestaciones de afecto. Aún siendo duradero, debe entenderse que eso de "para toda la vida" es un mensaje equivocado de los cuentos, al menos si no existe, cada día, una ilusión por renovar lo que nos une. Y también debe existir sinceridad y transparencia con los límites que cada persona quiera aceptar y respetar dentro y fuera de la pareja. Cada persona es un mundo y, cada combinación de dos personas, otro mundo. Bueno, de todo esto vamos aprendiendo a base de sufrir, ¿verdad?.

    Un abrazo desde 'Poemas del volcán'

    ResponderEliminar
  5. A. Sanz, ¿quién mejor que uno mismo va a saber lo que es bueno para sí?

    Lecciones da la vida...

    Gracias por leerme.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Bernard, mein lieber Freund, wir alle gewinnen ... minus eins.
    Küsse für Sie.

    ResponderEliminar
  7. Jose R., pues las FELICIDADES de Bernard y la ENHORABUENA tuya las acepto por lo que de "contenido" tienen, no hace falta decir más... ¿verdad?

    Sé que te asombra la valentia ajena, en este caso la de la autora, para contar (escribir) ciertas cosas sin importar para nada lo que opinen los demás, y que eso lo valoras mucho. Y sé que admiras a la protagonista de esta carta por ser una mujer decidida y valerosa, una persona con los pies en el suelo y la cabeza muy lúcida, sabiendo muy bien lo que quiere y lo que espera... ¿Es así, mi querido Jose?

    Un fuerte abrazo.
    Geli

    ResponderEliminar
  8. Luis, totalmente de acuerdo contigo en TODO. Lo malo es que cuando comienza ese 'trastorno' mental al que aludes, nadie puede hacer nada, no hay medicina, sólo en la calma y soledad de la autoanalítica se puede llegar a tomar perspectiva y decidir continuar o detenerse en ese punto, con consciencia y fuerzas para afrontar todas las consecuencias.

    Muchas gracias por tu nutritivo comentario.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Enhorabuena por ser como eres.

    Es un verdadero lujo tener una amiga como tu
    Marco

    ResponderEliminar
  10. Marco, ¿sabes una cosa? me gustaría ser peor persona, de verdad te lo digo, seguro que sufriría menos. Todos tenemos o tuvimos ejemplos más o menos cercanos, ¿a que si?
    El lujo es ser merecedora de vuestro calor... porque lo necesito!

    Besos.

    ResponderEliminar
  11. Totalmente de acuerdo con lo que escribes en tu comentario que no es sino un resumen del que te hice en privado y aprovecho la ocasión para ratificarme en todas y cada de mis apreciaciones.
    Eso si te pediria una cosa, por favor no cambies nunca.

    un abrazo y feliz tarde_noche.

    jose.

    ResponderEliminar
  12. Jose, así es, resumí muy brevemente lo que tú me dijiste.

    En cuanto a que no cambie, descuida, ni quiero ni lo voy a hacer, porque siendo fiel a mí misma y a mis principios me reafirmo cada día en lo que soy, veis, y algunos apreciais. Aunque a veces me plantée qué sentido tiene tanta lucha, tanta batalla, tanto agotamiento...

    Otro abrazo para ti. Feliz viernes!

    Geli

    ResponderEliminar
  13. Como siempre me encantó, veo cada vez menos descarnamiento pero más objetividad en tus escritos. Beso

    M. Menchero

    ResponderEliminar
  14. eeeh! falto yo....
    Gracias Geles por recobrar tu autoestima, tu ilusiones nuevas y la esperanza de ser cada día más feliz...me alegro tanto!!!
    Un gran abrazo Geles de Jóse (yo soy el dos)

    ResponderEliminar
  15. Joseeeeeee.......... ¿dónde te habías metido?

    'Tranqui', mi autoestima sigue fidedigna.
    Es mi fe en el ser humano la que está trastocada. Es mi escepticismo sobre la palabra del que asegura sentimientos cuando no los legitiman sus hechos. Es mi... VERDAD.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  16. Ocurre así... que una mañana cálida, sigues las migas que alguien te dejó... y llegas a un lugar donde las letras están empapadas de pasión y autodefensa. ¿Como decirte lo mucho que he disfrutado leyendo este relato cargado de filosofía y mundo interior???
    Has de saber que has predispuesto el resto de este hermoso día...
    me ha gustado el análisis que se hace de esa relación, y como se contemplan los efectos colaterales... para acabar consintiendo una soledad bien administrada, a sapiencia de que el mar recoge a todos los corazones que supieron desprenderse y sanarse.
    Me quedo a seguirte... con sumo gusto.
    Gracias por tu despliegue de sentimientos.

    ResponderEliminar
  17. Sir Bran, antes de nada quiero darte la Bienvenida a este Acantilado de prosa suicida, donde luzco mi alma despojada de ropajes, para que sea... más Alma.

    ¡Qué bien me siento al saber que, de algún modo, te predispuse el resto de este hermoso día!

    Amigo, es un placer tenerte aquí, y mil gracias por valorar lo que de mí me leiste. Allá donde me leas, déjame tu huella y así... te podré saber.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  18. Me has hecho recordar vivencias, guardadas con sello y llave en algún lugar del corazón. Para amar, se debe ser amado en igual intensidad. El aporte de sueños y entregas debe ser balanceado, porque cuando uno de los demás entrega más, se provoca vacío en el alma. La opción que nos queda para no perdernos por completo, es arriesgarnos a estar solos por un tiempo, a la espera de un verdadero y gran amor.
    Un beso, me quedo en tus letras.

    ResponderEliminar
  19. Taty, recordar, si no hiere, es saludable, porque mientras lo hacemos volvemos a vivir, aunque aquellas personas a quienes recordamos... no nos recuerden.

    Amiga, mi 'estación de llegadas' está clausurada indefinida y voluntariamente.

    Otro beso para ti, y muchas gracis por venir.

    ResponderEliminar
  20. Geles, te he visto llegar de seguidora a mi blog, y llego a conocer el tuyo, te felicito, me ha encantado esa catarsis, un relato tremendamente exquisito por el que te felicito
    Un abrazo, te espero de nuevo amiga
    Stella
    No me permite comentar con mi cuenta, te dejo mi blo y me hago seguidora del tuyo

    http://calzandosentimientos.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  21. Stella, la que 'calza sentimientos', quiero darte la bienvenida y las gracias por tu visita.
    Nos veremos por los senderos de las letras, no lo dudes.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  22. Hola.
    Precioso y hermoso relato. Es bueno a veces arriesgarse a lo imposible..se hace posible.
    Besos y gracias por invitarme entrar en tu casita.
    Feliz tarde

    ResponderEliminar
  23. No tengo cuenta.
    Soy Maralsa Hammurabia

    ResponderEliminar
  24. Maralsa, hubo muchos 'posibles' cuando lo imposible me habitaba. Por eso, hoy que soy más sabia, hago alarde de lo vivido, sufrido y... disfrutado, aunque todo tenga un punto y final, amiga mía.

    PD/
    No importa si no tienes cuenta con Gmail, siempre que firmes tus comentarios sabré de quién viene.

    Un abrazo fuerte.

    Geles

    ResponderEliminar
  25. Bienvenida a la vida Geles, porque vienes de morir un poco... Podrías haber sido un poco más mala y nos dejarías un hueco irreemplazable en nuestra trinchera, felicidades por ser como eres.
    "...porque la sensibilidad y la autenticidad se multiplican..." en un alma noble acuchillada que hasta la amistad le es negada...Aborta el salto y restaura lo que de tí has sustraído para verte al fin liberada, caminando en paz y con el alma lavada.
    Cómo no sentir ese impulso que te hace sentir halagada? Uxío

    ResponderEliminar
  26. Uxío, nada como 'saberse' y que quien te sabía sin tú saberlo, te siga sabiendo, aún cuando tú no sabías que su espera era porque en el fondo... ¡era quien más te supo sin tú saberlo!
    Por eso ahora estoy donde -cuando me fui poquito a poco- siempre estuvo reservado mi hueco para que cuando regresara de mis idas... reencontrara de nuevo mi intacto hueco.

    ¡Démonos un abrazo, amigo! Sé que tú sabrás apreciarlo.

    Geles

    ResponderEliminar
  27. Geles, rubricas tu relato con una frase que resúme un dolor añejo que está dejando de doler o mejor aún que ya no duele. Te felicito por tu valentía, pareces ser una mujer que sabe lo que quiere y sobre todo lo que no quiere. Si el título ya despertó mi curiosidad, el contenido me atrapó y lo disfruté hasta su última frase sentenciaria.

    Como escritora y poeta un sobresaliente.

    Sigue así, valiente y firme.

    Saludos,
    L. García

    ResponderEliminar
  28. Genial Geles!!!! Un relato lleno de nitidez, brillo y tersura. Mi más sincera enhorabuena por tu obra. Alguien que vió tus videos en Youtube me recomendó leerte y sin habitual de estos blogs quise acercarme para apaciguar mi curiosidad, me congratulo por ello. Un saludo afectuoso.

    ResponderEliminar
  29. Un aplaudo para la protagonista de tu relato y para la autora del mismo desear que su efervescencia siga produciendo explosiones de vehemencia y cordura literaria como lo viene haciedo hasta ahora.

    Abrazo de una admiradora.
    (me recomendó Luis García)
    Salud

    ResponderEliminar
  30. L. García, la poetísa del relato que tendida sobre sus pensamientos escribió, debía de tener razones poderosas para descalzarse de viejas alpargatas y, después de respirar hondo, exclamar: "Se despide de ti, ésta, la que de verdad te amó arriesgándolo todo… cuando tú no arriesgabas nada"
    Estoy segura de ello, ¿no crees?

    Mil gracias por tu sobresaliente, pero honestamente creo que un aprobado alto es suficiente.

    Un fuerte abrazo.

    Geles -la valiente-
    (pese a quien pese)

    Besos

    ResponderEliminar
  31. Salud, gracias amiga.
    Otro abrazo para ti y quien te recomendó visitarme.

    Geles

    ResponderEliminar
  32. Precioso blog...la carta me ha impresionado tanto!...es tan real , tan dura, tan franca que por un momento te sumerges en tus propios recuerdos..porque quien en su momento no tuvo esa experiencia...solo que saber exteriorizarla de esa forma tan carnal y tan viva...es muy difícil...un aplauso de todo corazón.
    Si en algún momento quieres pasear a mi lado te invito a mi rinconcito .
    http://poderosodonamor.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  33. Beatriz, me reconforta saberme comprendida, asimilada, digerida. También es cierto que muchas personas se ven identificadas con mis poemas o relatos, hacérmelo saber me hace sentir más próxima a todos vosotros.
    Te diré que después de terminar el relato de esta carta, me sentí como cuando te levantas de una larga siesta después de una gran comilona, osea, como nueva. Lo necesitaba. Eso si, LO QUE DE MÍ SUSTRAJE es uno de mis más queridos trabajos.

    Gracias por tu aportación a estos valiosos comentarios, la página sin ellos sería la mitad de valiosa. Un fuerte abrazo, no dudes de que me pasaré por tu blog.

    Geles

    ResponderEliminar
  34. GRANDE!!!!! MUY GRANDE GELES!!!

    ResponderEliminar

Muchas gracias por vuestros comentarios, valoro el tiempo que empleáis en leerme y dejarme vuestra opinión. Un abrazo.