VIDEO con MI VOZ:
"CUATRO VELAS ENCENDIDAS"
Fue aquella noche nuestra luz:
Fue aquella noche nuestra luz:
cuatro
velas encendidas.
Yo
acaricié tus medidas
y
a las mías lo hiciste tú.
Y
en un intrépido encuentro
mi
boca buscó en tus labios,
para
alumna, besos sabios
a
mis labios parvularios.
En
mi pecho dos botones
a
tu tacto endureciendo,
y
cuatro velas ardiendo
camuflando
mis rubores.
Con
respirar agitado
me
deslicé por tu vientre,
y
al borde de la pendiente...
tupido
bosque he palpado.
Bosque
de ramaje rizado
a
un misterio protegiendo,
que
mi boca está lamiendo
aunque
aún no lo he mirado.
¡Dios
mío... qué noche aquella!
¡Qué
caricias y qué besos!
Fue
fuego que no quemaba
pero
que ardía por dentro.
Golpear
de bravo viento
en
mi interior pude sentir,
y
entre jadeos te pedí
que
no acabara nuestro encuentro.
¡Y
te sentí en mí muy dentro!
Ya
morir no me importaba
porque
lo que tanto ansiaba...
ya
lo estaba recibiendo.
Fueron
manjares de dioses
envueltos
en nuestras pieles,
siendo
a nuestra entrega fieles
y
donándonos en goces.
Geles Calderón
Geles Calderón
.
Querida Geles, un placer reencontrarte tras una larga ausencia mía, hoy te escucho con un poema calentito pero relatado con mucha sutileza.
ResponderEliminarUn abrazo y encantada de volver a encontrarnos.
Hola mi querida Marivi, ¿estuve 'discreta'?, ¿no me he pasado un poquito?, ¿de verdad fui... sutil?
EliminarMe alegra el reencuentro, deseo que estés bien.
Muchas gracias por tu visita.
Hola Geles.. Un placer como siempre, nos tienes acostumbrados a tus intensos poemas, que rebosan sentimiento por sus poros..
ResponderEliminarQue las cuatro velas alumbren siempre y no se consuman nunca..
Un abrazo..
Gracias por tu amable comentario, Llorenç.
EliminarQue nos alumbren estas velas, los rincones de los deseos, toda la vida.
Otro abrazo, amigo.
Poco por añadir, así deben ser los encuentros como los recitas, como verso a verso sube el tono y se enreda el sentimiento. Que la luz te acompañe siempre. Un abrazo
ResponderEliminarSí, amiga. Al amor hay que acudir 'sin límites ni prejuicios'...
EliminarUn abrazo.
Muchas veces he sentido en tu poesia cierto aroma sensual,cierta pasión de caricias dulces;aqui ese aroma se convierte en perfume que te penetra...¿cuantos dias inolvidables de pasiones desenfrenadas nos habrá recordado?(unos reales , otros sueños imposibles-los mios son más de estos últimos-)...pero lo que me atrapa son las velas,esas velas encendidas que solo dejan traslucir lo indispensable,que solo dejan insinuar el gusto del tacto,esa insinuación que tanto nos atrapa en su misterio¡¡¡
ResponderEliminar-¿te gusta la poesia?,le pregunté, a mi me gusta la poesia,
-no, no me gusta la poesia, me dijo ella,(era hungara,no recuerdo su nombre),mis compañeros me habian pagado a una mercenaria para que hicieramos el amor,nunca lo habia hecho, me daba miedo,por un momento se le resbalo la poca ropa que llevaba, y vi parte de sus pechos, tuve la tentación, pero me daba tanto miedo..(alomejor debería de haber recitado este poema,y haber soñado con historias de pasiones verdaderas...)
Me has hecho recordar aquel momento inolvidable de mi vida¡¡¡
El tacto, la respiración agitada, el aroma, 'lo tenue' de la luz precisa de cuatro velas encendidas que dejen libres los sentidos y la imaginación para abrazar la pasión... ¿Quién no lo tuvo, sintió y practicó en alguna ocasión?
EliminarJulio: me alegro haber sido llave que te abrió la puerta del recuerdo que tanto te marcó.
Un fuerte abrazo.
Felices fiestas Geles y encendamos muchas velas que nos traigan luz y pasión.
ResponderEliminarGracias, Rafael. Yo también te deseo mucha felicidad para estas fiestas y el resto de tu vida.
EliminarQue la luz nos alumbren siempre en lo certero y pasional.
Un gran abrazo, amigo.
Como los cirios en un altar, fueron cuatro velas las que atestiguaron el supremo deleite que narran los renglones de tu divino verso.
ResponderEliminarTú, paraíso de amor. Él, dichoso mortal que supo hallar en la profundidad de tu cuerpo, ese punto donde termina la carne y empieza el alma, ese instante donde dos se convierten en uno.
Bienaventurado él, que se volvió eterno en tus versos, infinito en tu corazón y por un instante supo lo que es sentirse un dios, porque tu amor lo hizo divino.
Geles Calderón, tus letras son hermosas melodías de pasión y tu voz a la sazón de tu talentosa inspiración, son un perfecto complemento de seducción.
Hola, disculpa este atrevimiento pero necesito un soplo de ilusión, y es por eso que he decidido pedirte un regalo de Navidad, ya que nunca recibo nada que ‘necesite’ porque ello no se adquiere en comercios por no estar tasado:
Eliminar- Te (me) pido para estas fechas navideñas, aunque sólo sea, una ‘orientación’ de quién eres, J. C.
Últimamente espero con ansia tu nuevo comentario a mis nuevas entradas en el blog. Los leo y releo, y cada vez que lo hago no sé qué pasa, pero me siento por un instante plena, llena, acompañada, comprendida, ‘sabida’... Y ME HACE MUY FELIZ. Para mí representa mucho leer tus palabras sabias. Imagino que tu anonimato está justificado y no quiero perturbarlo...
De nuevo, discúlpame.
Te deseo todo lo bueno que deseo para mí, y un poco más...
Un abrazo, amigo, y de nuevo GRACIAS por tus palabras!!
Como dice un querido amigo: "te deseo todo lo bueno de Navidad a Navidad"
Abrazo sentido.
(quise enviarte esto por e-mail, pero me dio error)
Pasión, pasión, pasión...... Es lo que desprende tu poema ilustrado con tu dulcísima y sinuosa voz, Geles. Gracias por hacernos suspirar cerrando los ojos al escuchartelo recitar. Feliz año Geles.
ResponderEliminarGracias a vosotros por seguirme, allá donde mis letras me lleven, y valorarme.
Eliminar